lunes, 23 de mayo de 2011

.SOSTIENE PEREIRA... DE ANTONIO TABUCCHI


En el momento de publicación de la obra, María Troiano de Echegaray hacía una excelente crítica del libro en la Revista de la Universidad Complutense de Madrid, que os incluímos en este dossier de lectura:

En una excelente traducción realizada por Carlos Gumpert y Xavier González Rovira la Editorial Anagrama, de Barcelona ofrece al público español esta novedosa novela del italiano Antonio Tabucchi.

Al reseñar la obra apenas aparecida en italiano, nos augurábamos una pronta traducción castellana para posibilitar su acceso a los lectores de habla hispana, pues son muchas las razones para leer esta obra original y hermosa. Nuestro deseo se vio cumplido con prontitud y eficacia. Con visible respeto por el texto original los traductores logran transponer no sólo conceptos y estructuras linguísticas, sino también la atmósfera inquietante e íntimamente humana que caracteriza el entorno del protagonista. Sólo una observación nos parece válida. La traducción del subtítulo, una testimonanza, como «un testimonio» nos parecería más ajustada que «una declaración», porque además de tratarse de una posible declaración ante un oficial de justicia o un policía, se trata también de un testimonio de un hecho histórico vivido y sufrido,como explica mos más adelante.


De todos modos, la narración fluye con naturalidad e impregnada de sentimiento tanto como en el texto italiano. La edición es pulcra y completa y reproduce la portada del original que muestra la fotografía de un típico bar de Lisboa, «A brasileira», enriquecida además en la solapa, con una hermosa fotografía del autor y una breve presentación biográfica. Asimismo la contratapa ofrece un rico comentario sobre el texto y conceptos vertidos por importantes críticos.

La oportunidad de una buena traducción beneficia también nuestra labor docente (quien escribe es profesora en la Universidad de Cuyo Mendoza, Argentina) ya que nos permite incluir en los programas de literatura italiana un texto significativo moderno y actualísimo, accesible de este modo a los estudiantes que no conocen el idioma italiano o poseen escasos conocimientos del mismo. Así, en un programa de literatura italiana contemporánea dictado en español podemos dar a conocer a uno de los mejores escritores italianos de su generación y reconocido por la crítica internacional.


Tras la desaparición de un grande de la Literatura como Italo Calvino el panorama de la narrativa italiana parecía despojado de figuras de estatura más o menos similar. De la pléyade de narradores contemporáneos Antonio Tabucchi se destacaba ya con fuerza a partir de sus primeros libros, publicados a continuación con significativa regularidad. Piazza dItalia (1975); II pícco(o naviglio (1978); Il gioco dei rovescio (1981); Donna di Porto Pim (1983); Notturno indiano (1984); Piccoli equivoci senza importanza (1985); Il filo dell orizzonte (1986); 1 volatili di Beato Angelico (1987); I dialoghi mancati (1988); Un baule pieno di gente (1990); L'angelo nero (1991); Requiem (1992) que ganó el premio Pen Club 1991 y el Palazzo al fosco 1993; Sogni di sogni (1992).

Ésta su última novela Sostiene Pereira, ha sido premiada varias veces en el transcurso de 1994, año de su publicación. Ha recibido el Viareggio el Seanno el Premio dei Lettori y el Supercampiello.

Un año después, la Editorial Anagrama presenta la traducción al español acompañada de una Nora del autor a la décima edición italiana. La prensa especializada ha destacado en particular el valor de denuncia y de memoria de esta novela que evoca las dictaduras de Portugal y de España inmediatamente anteriores a la Segunda GuerraMundial cuando Europa rebullía con los nacionalismos nazifascistas.

El último premio recibido Tabucchi lo dedicó a Portugal que considera su país de adopción y su tierra ideal. En este gesto hay sin duda razones afectivas, ya que él vivió muchos años en Lisboa y está casado con una estudiosa portuguesa, Maria José de Lancastre; en Italia enseña Literatura portuguesa en la Universidad de Siena y ha estudiado extensamente la producción literaria de Fernando Pessoa, a quien dio a conocer en Italia con numerosos ensayos críticos y la edición italiana de sus obras. En la pieza teatral de Eliot titulada What about Pereira?, se inspiró para tomar el nombre del personaje un misterioso portugués llamado Pereira al que dos amigas evocan. Pereira es un apellido de origen judío, que significa peral y Tabucchi encauza su homenaje al pueblo portugués a través de este reconocimiento al pueblo judío objeto de interminables injusticias y sujeto de gran influencia sobre la civilización portuguesa.

También hay razones políticas. Declara haber escrito la novela en 1993, y el publicarla en 1994 sirvió para recordar los veinte años de democracia de Portugal que vivió decenios bajo la dictadura de Salazar. Pero insiste el autor en rescatar sobre todas las razones literarias manifiestas en la obra.

Otra vez y como siempre la literatura expresa la vida. Igual que aquellos dramáticos seis personajes que buscaban un autor para salir de una vez por todas del trágico momento en que habían sido fijados porel Arre así «un ánima que eraba en eJ espacio dei éter» necesitaba también de un autor «para relatarse, para describir un tormento, una vida». De esta manera Tabucchi recuerda la génesis de su exitosa miovela y recuerda también, con ella, la razón de seria literatura misma del arte bello cuyo instrumento es la palabra que se inspira en la vida y la expresa, con tal verdad y belleza que sus criaturas emergen de la ficción y pueblan el espacio como seres genuinos de carne y hueso. Así de auténticoy vital nos resulta Pereira, como lo son la Madre o el Padre o el Muchacho o la Hija que asaltaron la fantasía de Pirandello exigiéndole contar sus historias. La nota de Antonio Tabucchi a la décima edición italiana muestra como en un taller abierto, el proceso de creación cumplido porel artista para llegar a su obra terminada, en afortunada coincidencia, el día del cumpleaños de su hija: la novela, otro hijo que nace.

Realidad y ficción se van mezclando en la mente del artista; la realidad es un viejo periodista portugués exiliado en París y apenas conocido por Tabucchi en esas circunstancias. Sólo muchos años después cuando lee en un periódico la noticia de su muerte, vuelve a recordarlo. Tabucchi sólo sabe de él que había sido opositor al régimen dictatorial de Salazar motivo por el cual había debido exiliarse. A partir de aquí trabaja la fantasía del autor, con un producto final tanto o más coherente quizás que la realidad misma.

En efecto, Sostiene Pereira impacta por la humanidad que rezuma el personaje que es mucho más que gordura y transpiración como parece a primera vista. Pereira ha sido periodista de crónica negra en un diario importante de Portugal y ahora trabaja como redactor de la página cultural del Lisboa un vespertino nuevo aún desconocido y modesto. Pereira vive solo pues su esposa ha muerto y no han tenido hijos. Su carácter manso y reflexivo, sus hábitos sencillos y rutinarios, su ingesta compulsiva de omelettes y limonadas dulces, revelan un hombre deprimido y frustrado, un alma muerta. De hecho tiene un sentido mortuorio de la cultura y sólo piensa en artículos necrológicos y obras de escritores del pasado. Vive ajeno a la realidad que lo rodea de modo que los rumores sobre la Guerra Civil Española y sobre los cruentos hechos represivos que ocurren en su propia ciudad son para él cosas de otro mundo porque él es «apolítico». No obstante las palabras iniciales del libro señalan ya el primer paso de Pereira en el nuevo itinerario existencial que comenzará a recorrer: su preocupación por la muerte la suya propia, la de los artículos que quiere publicar, la que aletea en derredor aunque él no sea totalmente consciente, y la que lo conecta con Monteiro Rossi el joven de origen italiano que se ha diplomado con una tesis sobre la muerte.

Después, los sucesivos encuentros con el joven y su bella amiga Marta quienes resultan ser «subversivos» que están luchandocontra la dictadura; las conversaciones con el doctor Cardoso en la Clínica talasoterápica en la que se interna una semana para tratar su cardiopatía, la charla final con Padre Antonio el sacerdote amigo y confesor, le van abriendo los ojos a la realidad y le van revelando el camino a seguir. La enorme soledad la paternidad frustrada la carencia de afectos la realidad simple y dolorosa de no tener siquiera con quién hablar, la compasión y su naturaleza bondadosa y solidaria, son tal vez los factores que lo mueven a ayudar a los acorralados jóvenes y a involucrarse en una lucha que finalmente reconoce también como suya. Su alma vuelve a la vida porque ha encontrado razones por las que vivir. En este momento el personaje antes opaco e incierto adquiere contornos imponentes porque el drama lo ha alcanzado. Su decisión final de publicar en el Lisboa —dirigido por un hombre del régimen— la crónica de la tortura y asesinato de Monteiro Rossi perpetrado en su departamento y de las amenazas y agresiones a él infligidas, lo transforma.

Podríamos recordar al respecto la definición de personaje que Pirandello explicita en su «Prefacio» a Seis personajes en busca de autor según la cual cada criatura de arte para ser, debe tener su propio drama que es la razón de ser del personaje, su función vital necesaria para existir. Pereira «existe» en este final dramático.

Final dramático y casi abierto porque no está dicho si consigue huir o Francia como sugieren la elección del pasaporte falso y (a última frase «Era mejor darse prisa, en Lisboa saldría dentro de poco y no había tiempo que perder», o bien si es arrestado por la policía y está declarando. El tono de la narración crea la sensación de un relato oral. Al hedor le parece estar oyendo, y no leyendo. La voz narrante repite obsesivamente «sostiene Pereira». y aún más repite también «Pereira», como aclarando constantemente quién es el sujeto de los hechos, palabras, sentimientos, pensamientos y emociones narradas: «Y después, sostiene Pereira en un determinado momento vio cómo un joven alto y delgado... (19) .. y sintió una gran nostalgia, pero no quiere decirpor qué, Pereira» (20).

No se sabe quién es el que cuenta ni a quién Pereira ha contado sus duras experiencias de ese mes de agosto de 1938. Pero si es evidente que se trata de una declaración, como de una «deposición» policial. Incluso Pereira evita referirse a los recuerdos muy personales íntimos, o a los sueños porque aduce que ellos no tienen nada que ver con esa historia. Ni siquiera al regresar a casa cuando ‘e habla al retrato de su esposa y le hace el resumen de lo que le ha pasado ese día. El subtítulo de la novela: «una testimonianza» alude a tal declaración: Pereira ha sido testigo de una realidad histórica, de la que puede dar fe con pleno conocimiento. Declaración que es testimonio y que puede haber hecho también ante un confidente, o un periodista, ya en el exilio.

Las posibilidades de interpretación son varias, y dependen no sólo de la competencia lectora sino también de las circunstancias condicionantes del lector. Los receptores italianos, sensibilizados por su pasado histórico discuten largamente sobre la novela en la que ven una advertencia, un grito de alarma sobre los hechos y las ideologías que están renaciendo y actualizándose en Italia y en Europa en general. No obstante Tabucchi apela a no perder de vista aquellas «razones literarias» antes mencionadas y que configuran el tema del libro: el itinerario existencial de un hombre, de un alma.

Sostiene Pereira ha entrado también al mundo del cine. EI director Roberto Faenza ha rodado el film que protagoniza Marcello Mastroianni quien declaró haberse enamorado del personaje tras haber leído el libro. La película nos permitirá disfrutar doblemente también de los paisajes y de la luz de Lisboa, atrapada magistralmente por Tabucchi en esta novela.

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