domingo, 6 de septiembre de 2009

ació en 1909 en Liverpool. Aunque la historia de la literatura canadiense le considera un autor propio, no sin motivos ya que el mismo Lowry acabó adquiriendo aquella nacionalidad, el escritor vio la luz por primera vez en Birkenhead (Inglaterra) el 21 de julio de 1909. De temperamento inquieto, apenas concluidos los estudios secundarios en Leys, un colegio de Cambridge, se enroló –gracias a los oficios de su padre, quien en un exceso de buena voluntad le llevó en su lujosa limusina al puerto, procurándole así, sin proponérselo, la animadversión del resto de la tripulación– en un carguero que salió de Liverpool en 1927 con rumbo a Extremo Oriente. Fruto de aquella singladura, que tras cruzar el Canal de Suez le llevaría a Shanghai, Hong Kong, Yokohama, Singapur y Vladivostock, nacería 'Ultramarina', primera novela de Lowry, publicada en 1933. En ella se puede atisbar una primera versión de Bajo el volcán su obra maestra.


Malcolm Lowry





En el año 1935 se traslada a México y vivió en Cuernavaca con su primera esposa, Jan Gabrial. Escenario donde encuentra su concreción Bajo el volcán (1947) considerada como una de las mejores novelas del siglo XX. Esta obra, escrita en la década de 1930, relata el último día de la vida de un cónsul inglés, alter ego del autor, contraponiendo imágenes, pensamientos y descripciones que están marcadas por la presencia del alcohol, la incomunicación y la muerte. Refinadísima en su trama narrativa, la novela atesora todas las conquistas de la técnica moderna. Su inspiración lírica, su halo de gran tragedia clásica, hace de Bajo el volcán una gran epopeya de la autodestrucción, de la desesperación amorosa, del oscuro viaje a través de los fantasmas de la mente y del pasado, de la pérdida del Éden y de la lucha con los monstruos de la inconciencia y del tiempo. La novela no consigue la aceptación de la crítica y público hasta después de la muerte del autor ocurrida el día 27 de junio de 1957.

Estas serán las principales cuestiones sobre las que versará 'Bajo el volcán' (1947), en esta ocasión sintetizadas en las últimas horas del exconsul inglés, en lucha contra los fantasmas que pueblan su cerebro, en la Cuernavaca de 1938. Destaca entre esos espectros que agobian a Firmin –el cónsul en cuestión– un oscuro cargo de conciencia que le lleva a autodestruirse bebiendo, para alcanzar finalmente la muerte, a manos de un grupo de matones fascistas, completamente borracho y en un burdel. Como telón de fondo, la imposible reconciliación de Firmin con su ex mujer, Ivonne, y un mundo que se desmorona ante la guerra que se ve venir en Europa, simbolizado en un pequeño parque, imagen recurrente en la narración: "¿Le gusta este jardín, que es suyo? ¡Evite que sus hijos lo destruyan!", escribe Lowry una y otra vez reproduciendo la leyenda que intenta preservar dicho césped.

Bajo el volcán, que condensa en sus capítulos una buena parte de los hallazgos de la novelística del siglo XX, es también un texto pródigo en técnicas cinematográficas. Ello es debido a que en 1935, después de haber estado internado en un hospital psiquiátrico de Nueva York –donde comenzara la redacción de Piedra infernal, texto que, no obstante su título, fue concebido como el purgatorio de una trilogía a la manera de Dante de la que Bajo el volcán habría sido el infierno–, Lowry se traslada a Hollywood para emplearse como guionista. Pero el único guión que el atormentado novelista llegaría a concluir, basado en 'Suave es la noche', de Francis Scott Fitzgerald, está fechado en 1949 y nunca llegará a realizarse. Con anterioridad, ha sido expulsado de México y se ha instalado en la Columbia Británica.

Tras su muerte, acaecida en Sussex, durante un visita a Inglaterra, mientras trabaja en los relatos reunidos posteriormente bajo el título común de 'Escúchanos, señor, desde el cielo, tu morada' (1961), apareció 'Oscuro como la tumba donde yace mi amigo' (1968). Otra vez en el México que tanto le impresionara, esta última obra constituye una variación sobre el tema de 'Bajo el volcán'. Lowry vuelve a arremeter contra sí mismo, que en esta ocasión se nos presenta bajo el nombre de Sigbjorn Wilderness. Como con tanto acierto se apuntaba en la contraportada de su primera edición española (Bruguera, 1981), la novela constituye "una de las más eficaces armas de autoinspección que un escritor haya dirigido contra su propia imagen". El resto de la bibliografía de Malcolm Lowry es una colección de poemas aparecida en 1962 bajo el título de 'Selected Poems'.

Maldito entre los malditos, a su constante afán por la autodestrucción hay que sumar una increíble mala suerte, que jalona su biografía de desgracias tan grotescas como las distintas perdidas de sus manuscritos –el de la novela inédita 'En lastre hacia el Mar Blanco' ardió durante un incendio de su casa en 1944, 'Bajo el volcán' hubo de ser reescrita varias veces por semejantes motivos–, para ponerla punto y final con esa asfixia, acaecida mientras el más grande de los escritores alcohólicos dormía, que le llevaría a la tumba el 27 de junio de 1957. Si, como decía William Blake, hay un camino a través del infierno, no hay duda de que Malcolm Lowry decidió seguirlo.

la búsqueda del más alto ideal humano en la degradación, los extraños lazos que unen a la gracia con la culpa y la representación mediante símbolos de la realidad más acuciante.

ABRIDOR DE OJOS

Cuán semejante a un hombre, es el Hombre, que se levanta tarde
Y contempla los platos sucios de la cena
Y contempla las botellas, vacías también.
Todo ello tragado durante el sordo «¿Cómo estás?» sin fin de la noche anterior
-Aunque un vaso contiene todavía un refresco espantoso-
Cuán semejante al Hombre es este hombre y su destino,
Aún borracho y tropezando entre los árboles amarillentos
Va a desayunar ron picado, sardinas y guisantes.



Selección de poemas

CIUDADES DE HIERRO

Pensamientos de hierro navegan al atardecer en barcos de hierro;
Se mueven silenciosos como luces lejanas mientras doce canoas
Se sumergen en su ancla cuando el ferry escupe
Y gira como una esfera, en los remolinos de la marea,
Su kikirikí medio ahogado por pipas cegadas
Y emplumadas de humo. El barco pasa. Los cúters
Se alejan. Huelga de campanas. El ferry eructa
Una última frase blanca; y los labios humanos
Una última negra, cargada con la bienvenida de
La pérdida. Pensamientos dejan la ciudad implacable;
Aunque los propios barcos sean de hierro y no tengan piedad:
Mientras los hombres tienen corazones y costados que sufren y se oxidan.
Pensamientos de hierro zarpan de ciudades de hierro en el polvo,
Aunque suaves como palomas, los pensamientos vuelen de vuelta a casa.


EL PASADO QUE FLORECE

No hay poesía cuando se vive aquí.
Estas piedras son tuyas, esos ruidos son tu mente,
Alos rechinantes tranvías y las calles que te unen
Al soñado bar donde se sienta la desesperación,
Son tranvías y calles: la poesía está en otra parte.
Los rótulos de cines y tiendas, una vez dejados atrás
Y añorados, no se vuelven a añorar. Extrañamente crueles
Parecen mojones absolutamente nuevos del aquí y ahora.

Pero desplázate hacia Nueva Zelanda o el Polo,
Y esas piedras florecerán y los ruidos cantarán,.
Y los tranvías arrullarán al niño que duerme
Que nunca descansa, y cuyo barco siempre dará vueltas,
Que nunca podrá volver a casa, pero que, sin embargo, debe traer
De vuelta a Ilión extraños trofeos, ¡y salvajes!


EL BARCO ESTÁ VOLVIENDO A CASA

El barco está volviendo a casa ahora.
El patrón intenta leer pero sueña en el hogar.
El viejo paleador duerme, el motor petardea.
Las luces están dispuestas para iluminarnos desde el pasado.
Hasta un próximo futuro tan poco misterioso como este mástil
Con hierro y lo que el hierro ama del reino que llega.
¡Paciente hierro! Pero, más allá del palo mayor, silenciosa
Oscuridad, o el girar de parpadeantes formaciones de estrellas
A la deriva en un blanco océano de dudas.
Quizá este vagabundo ondula hacia el porvenir
Que ensombrece al océano menos que el odio
En las mentes de marino. ¿Esa estrella es amargura
Entre estrellas de amor? ¿Este carguero lleva a la eternidad?
¿Adónde vamos? Vida sálvanos a todos.


(De El Rugido del Mar y la oscuridad)


ORACIÓN PARA BORRACHOS

Dios da bebida a esos borrachos que se despiertan al amanecer
Farfullando sobre las rodillas de Belcebú, totalmente destrozados,
Cuando una vez más espían a través de las ventanas
Acechando, el terrible puente cortado del día.


ABRIDOR DE OJOS

Cuán semejante a un hombre, es el Hombre, que se levanta tarde
Y contempla los platos sucios de la cena
Y contempla las botellas, vacías también.
Todo ello tragado durante el sordo «¿Cómo estás?» sin fin de la noche anterior
-Aunque un vaso contiene todavía un refresco espantoso-
Cuán semejante al Hombre es este hombre y su destino,
Aún borracho y tropezando entre los árboles amarillentos
Va a desayunar ron picado, sardinas y guisantes.


SIN COMPAÑÍA EXCEPTO EL MIEDO

Cómo empezó todo esto y por qué estoy aquí
en esta barra arqueada con la pintura marrón descascarillada,
papegaai, mescal, hennessy, cerveza,
dos viscosas escupideras, sin compañía excepto el miedo:
miedo de la luz, de la primavera, del lamento
de aves y autobuses volando a sitios lejanos,
y de los estudiantes yendo a las carreras,
de chicas brincando con el aire en sus rostros,
pero sin compañía excepto el miedo,
miedo de la fuente volando: y todas las flores
que conocen el sol son mis enemigos,
¿estas, muertas, horas?

SIN EL DRAGÓN NOCTURNO

Ideas de libertad están atadas a la bebida.
Nuestro ideal de vida contiene una taberna
Donde un hombre puede sentarse y hablar o sólo pensar,
Sin ningún miedo al dragón nocturno;
O bien otra taberna donde no aparecen
Letreros de No se Fía ni de No hay crédito
Y, dejando aparte las ilimitadas cervezas,
Nos sentamos tranquilamente borrachos y locos a editar
Panfletos de un país realmente mejor donde un hombre
Puede beber un vino más delicado, ¡Ah!, no destilado
Que intoxica sutilmente sin dolor,
Tejiendo la visión de una taberna inasimilable
Donde siempre podemos beber sin pagar
Con la puerta abierta, y el viento soplando.

EL COMEDIANTE

Toca el piano con una navaja de afeitar,
el acordeón con un par de tijeras;
un rigodón para todo su público,
¡es el Sweeny Tod de los improvisadores!
Aunque todos los hombres temen a este pariente pobre,
su música sutil produce una extraña sensación;
desafiando cualquier disección,
chisporroteando en ambiguos sonidos
oídos por quienes trataron con cíclopes y brujas,
y murieron en mares perfumados de heridas apestosas...
Bajo la navaja de afeitar, bajo la luz rota
de este mundo sin sentido, caeremos
así acariciados, en la mecedora a esperar;
leyendo locuras; observando el yo; no aceptando nada; aceptándolo todo.

EPITAFIO

Malcolm Lowry
Difunto de Bowery
Su prosa era florida
Y a veces reñía
Vivió, de noche, bebió, de día,
Y murió Tocando el ukelele.

TRAS LA PUBLICACIÓN DE «BAJO EL VOLCÁN»

El éxito es como un terrible desastre
Peor que tu casa ardiendo, los ruidos del derribo
Cuando las vigas caen cada vez más deprisa
Mientras tú sigues allí, testigo desesperado de tu condenación.

La fama como un borracho consume la casa del alma
Revelando que sólo has trabajado para eso-
¡Ah!, si yo no hubiese sufrido su traidor beso
Y hubiese permanecido en la oscuridad para siempre, hundido y fracasado.

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