sábado, 27 de marzo de 2010
Unas pistas para entender "sueños en el umbral"
Fatema Mernissi es una escritora con un carisma especial; procede de un mundo desconocido para Occidente, etiquetado hasta la extenuación como un páramo intelectual y caldo de cultivo de violencia religiosa y de género, un espacio desconocido para la mayoría de los europeos, incluso para los españoles, que hemos desaprendido nuestra raíz, o más bien hemos aprendido a vivir desgajados de nuestro origen.
Fatema Mernissi se crió en una escuela coránica; pasa por ser una de las grandes especialistas en el libro sagrado en su país. Politóloga de prestigio, ha leído siempre el Corán como un libro que consagra el feminismo, la democracia y la libertad. Sucede que no solemos concebir que el Corán pueda ser un libro de libertad, mientras que aceptamos que la Biblia lo sea, sin tener en cuenta –y sé que me estoy metiendo en camisa de once varas- que cada libro es hijo de su tiempo, que cada tiempo pone a sus hijos a leer el libro cómo más le conviene al poder establecido, y que si aceptamos que hay lecturas perversas de la Biblia –y ortodoxas, sin duda- ¿por qué no aceptar que pueda haber más lecturas del Corán que las integristas?
Fatema Mernissi es hija de su tiempo. Se crió en esa escuela coránica aprendiendo que el islam es una religión liberadora y no constrictora, quizá porque sus maestros, en aquellos años cuarenta y cincuenta, sabían perfectamente que la única de liberarse del colonialismo era “empoderar” (como dicen las feministas latinoamericanas), esto es, dar poder a esa callada mitad de la población que daba a luz mientras la otra mitad pensaba que el hecho de germinar le confería una autoridad que nadie le había otorgado.
En los primeros momentos, Occidente trató de frenar este movimiento de avanzadilla contracolonialista alimentando al que luego sería su feroz enemigo: el integrismo veteado de masculino: promovió una lectura literal y retrógrada del Corán para frenar el auge del movimiento de izquierda que se gestaba en Marruecos, en parte promovido por mujeres que accedían a las letras por primera vez en estas aperturistas escuelas coránicas. Occidente gestó conscientemente, abanderado por EEUU, el integrismo, para frenar el socialismo en el islam moderado. La casa saudí es una buena prueba de este movimiento de ajedrez. Ahí están, con su feroz integrismo, aparentemente dóciles a occidente siempre y cuando no se les altere una sola letra de su forma de leer el mundo.
Pero esta forma de proceder desde occidente generó pronto su envés:ahora mismo, el extremismo islámico sirve de excusa para cerrar las puertas al sur, para desconfiar del extranjero, para desencadenar la islamofobia y la fabulación de ese enemigo, justificando así los planes imperialistas que asolan Palestina, Iraq, Somalia, Yemén, Afganistán, Irán… Engendramos un monstruo para que frenara al socialismo y ahora ese monstruo integrista es un mal cuya extirpación desencadena una oleada de sufrimiento.
Mientras tanto, mujeres islámicas que reivindican su libertad de credo y de sentimiento, no callan. Como Fatema Mernissi, Dolors Bramon, Zainah Anwar, Asra Nomani o Nadia Yassine.. Ellas padecieron ese “diseño inteligente” de occidente para frenar al socialismo, y ese diseño se ha convertido en un mal infinitamente mayor que el que creían combatir. Qué paradoja…
Fatema Mernissi hace apuestas sumamente sugerentes para nuestra vida: propone por ejemplo que los sueños y las emociones son los motores de la vida, y que aprender a gestionarlos nos hace felices.Nos habla de la maravillosa metáfora de los cuentos infantiles, que contados en árabe, una lñengua que tiene cincuenta palabras para decir “amor”, se convierten en una deliciosa ofrenda de vida.
En una crítica acerca de un curso que impartió en la UIMP, se decía de ella
“La estudiosa marroquí dedicó buena parte de su intervención de ayer a exponer el contenido del libro 'El jardín de los amantes' que escribió el imán Al Jawziya en el siglo XIII. En este texto, el imán señala que en árabe hay 50 palabras diferentes para decir 'amor', lo que da idea de los matices que tiene la palabra para quienes hablan en ese idioma. «El imán dice que el deseo es el enemigo del amor y para luchar contra el deseo se desarrolla la razón», explicó la escritora, quien recordó que para el imán Al Jawziya, «la guerra se produce cuando no has desarrollado la razón para luchar contra el deseo».
En esta lucha entre deseo y racionalidad es donde entra en juego la comunicación pues «tienes que comunicar con la otra persona, pues cuando te enamoras no puedes saltar sobre esa persona, tienes que comunicar con ella, ver si le gustas», indicó la socióloga y ensayista marroquí.
Siglos más tarde, en la primera mitad del XX, el escritor alemán Eric Fromm, en “El arte de amar”llega a conclusiones similares a las del imán y señala que en «la sociedad capitalista lo más importante es el consumismo; el dinero es más importante que el amor». Ya en nuestro días, el reportero de guerra Chris Hedges afirma que «el amor es la única fuerza potente capaz de contarrestar el poder de la guerra».
En su discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias, esbozó una maravillosa propuesta de cómo encarar la mal llamada globalización: ella hablaba de dos formas de vivirla, la del cowboy que cabalga el tiempo, conquista sin preguntar, arrasa, dispara sin saber a quién, acampa en territorios desconocidos sin preocuparse más que por el pasto para sus ganados… Frente a él, Simbad, el héroe de las Mil y una Noches, que aprende las lenguas de los territorios que conoce, habla con sus gentes, se interesa por las costumbres antes de negociar con sus habitantes, escucha mucho antes de hablar, viaja interminablemente
Fatema Mernissi llegó a los idiomas tarde: de hecho hablaba sólo árabe hasta los veinte años, pero son varias las lenguas que domina en la actualidad. Su infancia, dice ella misma, son recuerdos de una amplia vivienda con cuatro salones donde su abuela, tíos, primos y padres convivieron en común enredando una vida tremendamente rica. Hija y nieta de mujeres analfabetas, la cultura oral impregnó su forma de ver la vida antes que leerla.
n la actualidad Fatema Mernissi imparte clases de sociología, es experta en comunicación y ofrece conferencias por todo el mundo .
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