El miércoles 4 de mayo nos encontraremos a las 18.30h para comentar "Y líbranos del mal", de Santiago Roncagliolo.
Os incluimos algunas reseñas que os puedan ayudar a la lectura:
EN LA NACIÓN (ARGENTINA)
Reseña: Y líbranos del mal, de Santiago Roncagliolo
Un viaje de retorno que es un descenso al infierno
18 de septiembre de 2021
Mariano Vespa
PARA LA NACION
Cuando Raymond Carver le comunicó el deseo de convertirse en escritor, su padre fue tajante: “Escribe sobre cosas que sepas. Escribe sobre esas excursiones a pescar que hacíamos”.
Las fisuras en el núcleo familiar, más que un tema, han constituido históricamente una constelación por donde viajan los artificios literarios. En Y líbranos del mal, sexta novela del peruano Santiago Roncagliolo (Lima, 1975), una escena clave, abisal, sucede al promediar la historia: Jimmy, el protagonista, cumple dieciocho años y en lugar de organizar un festejo, es invitado por su padre a pescar a la vera del río Hudson, en Nueva York. En esa intimidad, Jimmy intenta confrontarlo para entender las sombras de su pasado –en Perú– pero solo logra alimentar su silencio.
Sebastián Verástegui se entera de la enfermedad de su madre, que reside en Lima, pero en vez de viajar envía a su hijo. Desde que se ha mudado con su familia a Brooklyn, donde administra una catedral, no ha vuelto a su tierra natal. Mientras se hace cargo del cuidado de su abuela, Jimmy, el hijo, transmuta el enojo adolescente hacia la necesidad de entender por qué la figura de Sebastián reviste una estela non grata. El trasfondo, se anuncia en las primeras páginas del libro, tiene que ver con abusos cometidos por representantes del clero. Roncagliolo reconstruye el caso del Sodalicio de Vida Cristiana, una especie de secta que cooptaba jóvenes para enfrentarse al movimiento de la Teología de la Liberación, “caballo de Troya del demonio”, como diría el líder de la organización en la novela.
Y libranos del mal preanuncia una trama alrededor del misterio y de la complejidad, quizás impía o resiliente de sus personajes, pero, en el despliegue de una narración prolija y rectilínea, ese acercamiento poco a poco se desvanece. En el desarrollo de los tres capítulos, estructurados como una invocación a la Santísima Trinidad, no cae en la denuncia, pero tampoco se detiene demasiado en la psicología de las víctimas y los abusadores.
En las páginas de agradecimientos, el autor de Abril rojo –ganadora en 2006 del Premio Alfaguara–, también guionista, cuenta que organizó su trabajo a partir de conversaciones y de la influencia de otros productos narrativos recientes como Examen de conciencia (de Netflix) o el podcast de Radio Ambulante “Detrás del muro”, que permiten “echar luz a la oscuridad”.
Muchas veces, encontrar el corolario de un libro es una forma de subsumirse a los requerimientos del tema, algo que, incluso la Biblia nos dice que no es tan así: “Cuando esperaba el bien, entonces me vino el mal; y cuando esperaba la luz, vino la oscuridad”.
EN "CINE Y LITERATURA" (COLOMBIA)
[Crítica] «Y líbranos del mal»: En la Lima horrible de Santiago Roncagliolo
PUBLICADO POR: CINE Y LITERATURA 13 MAYO, 2021
Qué significa ser un inmigrante, cómo formamos nuestra identidad, cuál es la relación entre origen y lenguaje, y las sombras represoras de las dictaduras militares durante la década de 1970 en la historia de su país, son algunos de los temas que explora la nueva y lograda novela del imprescindible autor peruano.
Por Nicolás Poblete Pardo
Publicado el 13.5.2021
La última novela de Santiago Roncagliolo Y líbranos del mal (Seix Barral de Planeta, 2021) comienza con la noción de ficción, en el sentido de fabricación: “… quizá la única forma de contar los hechos verdaderos sea salpicarlos de palabras de mentira”.
Esta advertencia frente a la narración que se viene, centrada en abusos cometidos bajo el amparo de la Iglesia Católica en Perú, sugiere también un acto de confesión, a la vez que denuncia. Roncagliolo escribe: “He cambiado los nombres de esta historia”.
El contexto es el de una clase acomodada peruana, donde rigen la represión, el abuso y el encubrimiento. Esto lo vamos sabiendo de a poco; al principio vemos a una familia gringa, como cualquier otra, disfrutando de pizzas y más pizzas.
Aquí se revelan mezquindades como el arribismo, el oportunismo y el repudio hacia los orígenes propios. En Nueva York confluyen estos: “inmigrantes que se esmeraban por convertirse en auténticos neoyorquinos… llegaban a hablar su propio idioma nativo con acento”.
Qué significa ser un inmigrante, cómo formamos nuestra identidad, cuál es la relación entre origen y lenguaje, son algunos de los temas que explora Y líbranos del mal. Nuestro lugar dentro de una constelación familiar también es una preocupación de la novela: ¿Es posible querer a seres despreciables, solo por el hecho de ser familia?
“Dios no existe”
Jimmy (James) viaja a Perú para cuidar a su abuela, “Mama Tita”, representante de un catolicismo de derechas. A Jimmy le sorprende encontrar una biografía de Mussolini en la casa de la abuela, pero esta no manifiesta ningún remordimiento, tampoco pudor, por expresar su fascismo y racismo de manera abierta.
La empleada de la abuela, una devota y eterna presencia, Paquita, arroja luces sobre la conformación social de este tipo de familias, algo retratado genialmente por Josué Méndez en su película Dioses.
Así, el deterioro de Mamá Tita simboliza el colapso de una muralla de encubrimientos (lo blanco, europeo), y es que esta abuelita es también una caja de pandora con su propia toxicidad familiar; ella no tiene pelos en la lengua para exponer su postura política: “Lo que te gustaría a ti es que viviéramos como en Venezuela. O en Cuba. ¡Muriéndonos de hambre sin poder protestar!”.
Para la abuela “los periodistas son todos unos comunistas”.
Su hijo, Sebastián (padre de Jimmy), tiene visiones semejantes. Es bastante derechista (considera a Obama un peligro socialista), aun cuando sabemos que, en sus años mozos, “lo que de verdad le gustaba a Sebastián era el vandalismo. El ataque, de ser posible, en masa”.
En la adolescencia, Sebastián llega a ser líder de un clan: “los pirañas de la clase alta, que no robaban para subsistir, sino por deporte”.
Hay más matices: Jimmy cumple 18 años durante la novela y este rito de pasaje es saldado por Sebastián con una salida a pescar, y, aunque Jimmy intenta sonsacar verdades del pasado, la única prenda que suelta el padre gira en torno a su ilusión de haber querido ser sacerdote y de reconocer que “no estaba llamado por Dios”.
Jimmy tiene acceso a otras fuentes de información en la investigación sobre su padre. Un personaje clave es el profesor Gabriel Furiase, con sus inspiradas exposiciones sobre temas religiosos, como el significado del dolor entre Cristo y Dios. Para Sebastián este catedrático surge como una alternativa a la paupérrima imagen paterna que él tiene de su propio padre, un impostor.
“Dios no existe”, dice en voz alta Sebastián en la clase, en un intento de relación o de confrontación terapéutica. Roncagliolo también percibe como telón de fondo el aún presente fantasma de la dictadura militar de Juan Velasco Alvarado en su novela.
El ambiente represor y reprimido flota sobre estos personajes, por eso hay una propuesta urgente en la denuncia de los abusos de los curas, el encubrimiento, y un repaso crítico al discurso que se esgrime para justificarlos.
***
Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).
Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, y Dame pan y llámame perro, y los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island.
Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).
Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
EN "MILENIO" (MÉXICO)
Santiago Roncagliolo presenta su libro 'Y líbranos del mal': “Un descenso a los infiernos"”
Su libro más reciente, una reflexión sobre el clasismo; toca temas como el fanatismo religioso, el abuso de poder y la pederastia
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Santiago Roncagliolo es un convencido de las similitudes entre México y Perú
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JESÚS ALEJO SANTIAGO
Ciudad de México / 01.06.2021 03:38:39
Hay historias que no tienen nacionalidad, y el abuso sexual infantil ha sucedido en prácticamente todo el mundo, aun cuando el silencio prevalezca. Eso lo experimentó Santiago Roncagliolo, quien conoció de casos no por la prensa, sino porque estaban muy cerca, “en gente que yo conocía, que frecuento, familiares”.
“De repente, cuando se hace público el horror, descubro que he estado muy cerca de esas personas, porque todo estaba ocurriendo a mi alrededor, que es lo que más me sorprende: el silencio. Cómo es que esas cosas ocurrieron durante décadas y todos estábamos involucrados, en la medida en que nadie hablaba ni preguntaba al respecto”.
Su manera de hablar al respecto es la novela Y líbranos del mal (Seix Barral, 2021), una reflexión sobre el tema, sobre el clasismo y la discriminación y, en particular, acerca del silencio en una clase social que, desde la perspectiva del escritor peruano, ya es una secta “que estaba separada de los demás grupos, pasando frente a los mendigos sin verse, fingiendo que ese mundo no existe. Y eso es lo que pasa con una secta: corta tus vínculos con el mundo exterior.
“Había que echar luz ahí. Cada vez que hay algo que debemos guardar en silencio, es de eso de lo que debemos escribir. Se escriben columnas de opinión sobre las cosas que entiendes, pero escribes historias sobre las que no terminas de entender, te quedan misterios; en particular, el mal me parece el más grande de los misterios, porque nadie cree que sea malo. Me interesa esa exploración que nunca termina… en todos mis libros abordo el tema, y quedan asuntos que el lector resuelve de manera diferente”.
Descenso a los infiernos
Y líbranos del mal es un viaje a los orígenes, al tiempo de un descenso a los infiernos, cuando en ese recorrido se van apareciendo muchos de los secretos que definen la vida perfecta de una familia peruana, ya radicada en Estados Unidos, en especial del patriarca de la familia y el fanatismo religioso, el abuso de poder o la pederastia.
“Es un personaje que no sabe vivir de otra manera. Es un católico, lo ha sido siempre, es lo único que entiende como comunidad, y me parece un personaje interesante, porque no sé decir si es un victimario o una víctima: es él quien habla de lo difícil que es separar las dos categorías. Lo que tiene, como todos los personajes de esta novela, son misterios que no puede revelar”.
Una mirada que no deja de ser la de alguien que se encuentra lejos de Perú, mas no de sociedades en las que prevalecen este tipo de problemas, en los que la clase alta, explica el escritor, se convierte en una verdadera secta con tal de no perder sus privilegios.
”Soy un tipo al que en todos los países le dicen: vete a tu país. Yo mismo soy un extranjero en todas partes, y mis personajes siempre se sienten desencajados del mundo social, sienten que hay algo que no termina de funcionar, que no acaba de entrar en su comunidad, porque esa mirada es mía también, todos mis personajes son diferentes dentro de su entorno. Creo que todo lo que escribo es una defensa de lo diferente”, en palabras de Santiago Roncagliolo, quien en 2006 obtuvo el Premio Alfaguara de Novela.
Para el autor de novelas como Abril rojo, Memorias de una dama, Pudor o La noche de los alfileres, los individuos suelen (o solemos) vivir pensando que el malo es el otro y que, además, lo es 24 horas al día; por eso, “tratamos de entender en la ficción cómo podemos hacer cosas que no nos gustan”.
Vínculos entre México y Perú
Roncagliolo es un convencido de las similitudes entre México y Perú, “pero a lo bestia”; lo bueno en México es mucho mejor y lo malo también es muchísimo peor. Los conflictos de clase, tanto en Perú como en México, vienen de haber sido las capitales de su imperio, sus dinámicas de poder son parecidas. Eso ha abonado en la existencia de una élite latinoamericana “y que esta sea católica”.
EN "EL CULTURAL" (SUPLEMENTO DE "EL ESPAÑOL")
El mal según Roncagliolo
Una novela sobre el pecado y la corrupción, calculada para que el tono no trasgreda lo que un lector medio considera “prestigioso”
2 agosto, 2021
Nadal Suau
Y líbranos del mal aborda los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica limeña, con ecos del escándalo similar que protagonizó el mexicano Marcial Maciel, como marco de interés social para una historia clásica de aprendizaje. Su protagonista Jimmy, hijo de un peruano emigrado a Nueva York, descubrirá el terrible pasado de su padre en un viaje al país de sus raíces. Culpa, salvación, perdón, fe, jerarquía y herencia familiar son los temas que vertebran un texto que aparenta tener claroscuros sin que sea cierto.
Para explicarme, acudamos a la página 184, en la que Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) reproduce este grafiti de una pared limeña: “Brenda está tremenda”. La rima tonta despierta mi imaginación: sospecho que es un recuerdo real del autor y que alude a Brenda Walsh, el personaje de Beverly Hills 90210. Si fuera así, cabría fechar la escena hacia 1993. ¿Lo ven ustedes plausible? A decir verdad, no sé si acierto con esta hipótesis o me estoy flipando locamente. Sin embargo, me aferro a ella porque es la primera vez desde que empecé el libro que he encontrado un elemento que no está explicado ni recalcado.
"Y líbranos del mal" es una novela conservadora cuya mejor virtud es divulgar los abusos sexuales de la Iglesia limeña
Dos ejemplos. En la 113, el narrador utiliza el verbo esculcar, de un fuerte sabor limeño. Buena, aunque no sutil, jugada: así, el lector adivina el cambio que está empezando a producirse en Jimmy, cuyo castellano había sido totalmente estándar hasta entonces. ¿De verdad deseamos que él mismo nos explique a continuación que eso exactamente lo que tenemos que inferir? Antes, en la 51, nos habla de “olor polvoriento”, “decoración cargada”, “sillones Voltaire” o “paisajes al óleo”. Elementos funcionales, fáciles de interpretar, acumulados para describir la casa de una abuela peruana. Sinceramente, después de esa enumeración dudo que necesitáramos este añadido: “Los adornos típicos de una persona mayor”.
Este tipo de redundancias no son graves en una escena, o en dos o tres: una novela se puede sostener por encima de un cierto número de pasajes planos, sobre todo cuando aspira a cierta popularidad. Pero cuando es su pauta general, solo hay dos opciones: o el lector consiente en ser llevado de la mano con la pasividad de un cliente de resort (lo que es una opción legítima, por cierto), o se decepciona.
Como si fuera un guion (férreo) lleno de anotaciones para el encargado de su puesta en escena, Roncagliolo controla todos los mecanismos de montaje y estructura, solo que quedan demasiado expuestos para un ojo literariamente atento. Los diálogos, punto fuerte del autor, resultan artificiosos, protésicos. Pero lo más discutible es que Y líbranos del mal, con su atrezo religioso, es un poco deshonesta al pretender que la leamos como obra incómoda. No puedes serlo cuando te esfuerzas por desactivar cada zona de sombra con tus aclaraciones. Sí, la novela juega de boquilla las cartas del misterio, la ambigüedad y la crítica a las raíces hipócritas del mal, pero todo está calculado para que el tono no trasgreda lo que un lector medio considera “prestigioso” o “artístico”, pero tolerable.
En definitiva, una novela conservadora en forma y fondo, cuya mejor virtud es la divulgativa: trasluce un gran trabajo de documentación sobre el funcionamiento de la onda expansiva del abuso de poder y la paranoia represiva en los cultos sectarios.
EN "LA REPÚBLICA" (ECUADOR)
Santiago Roncagliolo presenta su novela «Líbranos del mal»
domingo 22 de agosto de 2021 Cultura
Santiago Roncagliolo
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Escribir obras que ahondan en temas incómodos sobre los que se prefiere guardar silencio es lo que hace el autor peruano Santiago Roncagliolo, y lo retoma en «Líbranos del mal«, novela que narra los abusos sexuales en una congregación religiosa y que ya fue amenazada con censura.
En «Líbranos del mal» (Seix Barral, 2021), que será presentada en la XVII edición de la Feria Internacional del Libro de Panamá (FIL 2021) que arranca este jueves y tiene a EE.UU como país invitado, Roncagliolo se adentra desde la ficción en una perturbadora trama basada en un caso real ocurrido en su natal Perú, según dijo a Efe el novelista.
La obra, que inicialmente una reconocida cadena de librerías en México se negó a vender por hablar de abusos dentro de la iglesia católica, trata de cuando Jimmy, un peruano a vive en el exterior, viaja a Perú y descubre que su padre estuvo involucrado en abusos sexuales a menores en una cofradía religiosa. Un secreto que estuvo largamente guardado bajo el manto del silencio.
El escritor dijo que no es el primero de sus libros que ha pasado por esta situación, que ha tenido «muchas censuras de diferentes modos» y que, incluso, ha recibido «amenazas de muerte en otras ocasiones».
«De algunos de esos episodios ni siquiera se me permite hablar. Supongo que trato temas incómodos, cosas de las que mucha gente -a menudo, gente poderosa- prefiere guardar en silencio. Pero es que esos son precisamente los temas que me interesan. Escribo para rasgar los silencios», expresó Roncagliolo (Lima, 1975).
También le sucedió esta situación con su libro «Memorias de una dama» (2009), censurado porque en una de sus líneas aparece Diana Medetti, que sería un personaje real de una influyente familia caribeña opuesta a que se publicara.
Reconoce que si se escribe novelas inquietantes y perturbadoras «no hay mayor elogio que decirte ‘tu novela es tan inquietante que no nos atrevemos a venderla'».
Pero destacó que en el caso de «‘Líbranos del mal’ había cosas más importantes en juego. El abuso ocurre porque se guarda silencio sobre ello. Contribuir con ese silencio es un problema social, mucho más serio que lo que me ocurra a mí».
El narrador peruano considera que los abusos son una «enfermedad del amor», que los realiza una persona que la víctima «ama», y en lo que por lo general además el abusador «se convence a sí mismo de que también ama a su víctima».
Asume que «mientras haya relaciones humanas íntimas, habrá un grupo dispuesto a convertirlas en algo monstruoso», pero no cree que sigan igual de imparables que antes, pues la sociedad está «mucho más alerta que nunca gracias a que se ha roto el muro de silencio que los ha amparado durante siglos. Por eso es importante escribir sobre ese tema».
¿Qué puede haber en la mente de estos depredadores, violadores, qué es lo que puede impulsarlos a actuar de esta manera criminal?. Es lo que Roncagliolo gusta de explorar con su personaje Sebastián.
«Él (Sebastián) es un verdugo, pero también una víctima. Llega a la comunidad (religiosa) en busca de amor, del amor de un padre, y cree que eso es lo que encuentra. Y por lo tanto, cuando le toca dar amor, eso es lo que ofrece. Cuando no conoces el amor, lo confundes con cualquier cosa», afirmó.
La trama de esta novela está basada en un caso real que ocurrió en Perú y ya ha sido denunciado en otros libros «muy buenos», pero que al ser llevado a la ficción «apunta a otro lado, más allá del caso peruano, a la naturaleza humana».
«Explora las respuestas que no ofrece la realidad, que no se hallan en el periodismo o la confesión. Por eso, al leerlo, los mexicanos encuentran sus propios casos, y los españoles, y los chilenos», remarcó el novelista.
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