martes, 2 de mayo de 2023

Nos vemos el 10 de mayo a las 18.30h para comentar la lectura de "Dime una palabra más", de Iaia Caputo.

 




Nos vemos el 10 de mayo a las 18.30h para comentar la lectura de "Dime una palabra más", de Iaia Caputo.

SANTIAGO GASCÓN ENTREVISTA A IAIA CAPUTO PARA HERALDO DE ARAGÓN, SUPLEMENTO DE "ARTES Y LETRAS"

Iaia Caputo: «La memoria es infiel a la realidad»

El escritor y psicólogo Santiago Gascón dialoga con Iaia Caputo

SANTIAGO GASCÓN

ACTUALIZADA 13/4/2011 A LAS 22:28

La escritora Iaia Caputo publica su obra «Dime una palabra más».Iaia Caputo: «La memoria es infiel a la realidad»

Iaia Caputo publica en Xordica Editorial «Dime una palabra más», con traducción al castellano de Eduardo Martínez de Pisón de su novela «Dimmi ancora una parola».

Iaia Caputo (Nápoles, 1960) es escritora y periodista en «Diario di Repubblica» o la RAI. Sus libros giran en torno al papel de la mujer en diversos ámbitos, los abusos a menores o el paso del tiempo. Comprometida con los derechos de la mujer, participa en diversos organismos y es promotora del movimiento «Se non ora quando?», nacido en respuesta al trato sexista de la prensa italiana respecto a los escándalos sexuales protagonizados por Silvio Berlusconi.

Su mejor carta de presentación son los ensayos: «Di cosa parlano le donne quando parlano d’amore» (De qué hablan las mujeres cuando hablan de amor) y ‘Le donne non invecchiano mai’ (Las mujeres no envejecemos nunca). En ‘Dime una palabra más’ describe las dificultades, contradicciones y conflictos de una mujer, que pueden ser muchas mujeres en una época de grandes cambios con un estilo y un tono sobrio que calificaría de amarga belleza.

Sé que es un argumento manido, pero ¿no le molesta cuando se afirma que esta novela gustará a las mujeres?

La cuestión es que nunca se habla de narrativa para hombres. La literatura es universal y se ha creado un subgénero al que llaman narrativa femenina, una etiqueta que degrada a la autora. Las mujeres constituimos casi el 80 por ciento de los lectores, leemos a escritores y a escritoras, contribuimos a su éxito. Como consumidoras somos de interés, como escritoras se nos condena al ghetto de escribir para una parte.

Me gusta leer a Ginzburg, a Morante, a escritoras estadounidenses y de esta tierra, como Cristina Grande o Eva Puyó. Creo que describen el mundo externo e interno de una forma diferente.

Bueno, afirmamos que los hombres han escrito de guerras y de aventuras, pero ¿dónde colocamos a Flaubert o a Proust? No creo que para un poeta, para un narrador, que se haya visto obligado a salir de sí mismo, a describir lo que nunca ha vivido, valgan las diferencias de género.

En literatura, el sentido del humor no goza de prestigio y algo similiar ocurre con las emociones.

No estoy de acuerdo, la literatura es la historia de los sentimientos, de contradicciones inconfesables, del miedo que nos acompaña y de las debilidades más terribles.

La protagonista de tu novela trata de comprende el mundo con la necesidad de encontrar referencias, no posee de más modelo que un padre viejo y una madre demasiado inmadura.

Quería narrar la educación sentimental de una mujer que fue muchacha en los setenta, en medio de grandes transformaciones, de lo complicado que resultaba construir una identidad femenina. Ella no puede reconocerse en el modelo materno, debe inventarse, pero corre el riesgo de perderse y ser excluida como miembro de su género.

Pertenecemos a una generación que vivió su juventud en blanco y negro. Afirmas que si no es posible escapar a la ficción, podemos morir aplastados por la realidad. Toda novela tiene una antesala autobiografía y hay mucha vida en esta historia.

Que exista autobiografía no es lo importante. Lo que cuenta es si quieres hablar de ti o desde ti. Una novela debe ser capaz de afectar al lector, que se formule preguntas, ojalá servir de espejo. Volviendo a tu pregunta, sin duda hay gran parte de mí, pero huyo de contar mi historia, sino la de muchas mujeres de mi generación. En ‘Dime una palabra más’ podemos encontrar parte de nosotros, tengo la esperanza de que un gran número de varones reconozcan a las mujeres que han amado.

Recordar es reconstruir, una posibilidad de reparar, de ajustar cuentas.

«No se escribe gracias a la memoria, sino contra ella», es una frase de la novela. La memoria no tiene nada que ver con los recuerdos, sino con la invención. Es infiel a la realidad, una mentira a través de la que podemos llegar a la verdad.

¿Puede ser una terapia escribir?

Por supuesto, sólo tomando distancia podemos perdonar, reconciliarnos incluso con recuerdos tremendamente dolorosos. Escribir ayuda porque es una tarea que requiere de voluntad de controlar el estilo y de un trabajo agotador que resucita pasiones y necesitamos dejar que afloren.

La protagonista describe sus primeras experiencias con el sexo como una unión del cuerpo, del corazón y de la cabeza. Es una concepción poco acorde con los tiempos. ¿De qué hablan las mujeres cuando hablan entre ustedes de amor?

De lo que durante milenios ha sido nuestro espacio de sabiduría. El amor es algo que las mujeres han debido reinventar y otorgar los cuidados de un fuego sagrado. Se nos privó de la experiencia del mundo, así que los afectos fueron nuestro reino y nuestra prisión. Lo que podemos rescatar de esta historia de apartheid es un conocimiento profundo de los sentimientos que ahora debemos compartir con el hombre. El amor ya no es nuestro espacio, estamos en el mundo, aunque falte camino por recorrer y amar sea cosa de dos.


EN LA WEB DE LA LIBRERÍA PALAZZO ROBERTI (BASSANO DEL GRAPPA)

jueves 8 septiembre 2022

a las 17:00

Té de septiembre con libros con Iaia Caputo

Nuestro club de lectura

Cita con el autor para este especial de septiembre "Té con libros". De hecho, estará con nosotros  Iaia Caputo que presentará su novela  La versión de Eva , Mondadori.

La versión de Eva : Cuando muere, Eva Perón sigue siendo una niña, una niña que se ha ganado la devoción amorosa de su pueblo y ha dejado huellas sensibles en el imaginario del mundo entero. Desde 1952 no ha dejado de volver a escena como fantasma, como aparición, como alegoría. Se la revive en el cine, en las biografías históricas, en los musicales, y sigue siendo un personaje del siglo XX que traspasa el límite del milenio y se presenta, en una luz tornasolada y casi feroz, cantando su canción. 

Iaia Caputo se escapa de la "canción", entra a Evita y al mismo tiempo la espía a través de los ojos de diferentes testigos, la sigue desde su adolescencia desgarrada hasta la juventud de una redención que llega bocado tras bocado: haber llegado a la cima del poder, encarnar El alma misma del peronismo pronto salió de escena bajo la luz cegadora de una santidad enfermiza. La "versión de Eva" es en realidad una versión que multiplica las voces y dibuja un destino aún inacabado, casi como si la determinación de una mujer que se inventó a sí misma y que creció demasiado rápido hubiera ido de la mano de las máscaras a través de las cuales el mundo pensó que lo sabía.

Iaia Caputo cuenta la historia de la niña "bastarda", la joven en busca del éxito en la despiadada y deslumbrante Buenos Aires de los años treinta y la Dama de Argentina, la fiebre de los gestos y el candor de la inspiración, la retórica inclusiva y la teatro tras bambalinas, vulgaridad y elegancia, inteligencia política y el exceso de sus pasiones, cuenta la espiral de voces que la acompañó, y nos sorprende con un nuevo grano de voz, capaz de reescribir y reinventar no tanto ese personaje como la obsesión que se ha convertido en su imaginación.

Iaia Caputo(Nápoles, 1960) Vive en Milán. Imparte cursos y talleres de escritura creativa y autobiográfica. En el área de no ficción ha publicado De qué hablan las mujeres cuando hablan de amor (2001), Las mujeres nunca envejecen (2009), El silencio de los hombres (2012). Sus novelas son Dime una palabra más (2006), Ella era mi madre (2016) y El sabor de una vida (2020).

EN LA WEB SOLOLIBRI.NET, RESEÑA DE ISABELLE BOLONDI

Dime una palabra más sobre Iaia Caputo

Nápoles, años 60. Tras presenciar la dolorosa separación de sus padres, la pequeña protagonista de la novela da rienda suelta a su rebeldía, buscando en las numerosas historias sentimentales conquistar por sí misma la estabilidad emocional. Una novela escrita con gran capacidad para dominar un tema a menudo mélo, que sin embargo se redime con intensas páginas de reflexión sobre la condición de la mujer que paga un alto precio por el deseo de libertad y el deseo de afirmación profesional.


Isabel Bolondi

Estamos en Nápoles, en una familia burguesa de finales de los 60. La protagonista de la historia, narrada en tercera persona, es solo una niña, que vive con una madre niña y un padre influyente, rico, poderoso... Pronto es testigo de la violenta separación de sus padres y es precisamente en el clima de ruptura del equilibrio familiar que hace valer ella misma su rebeldía, dirigida sobre todo a conquistar una estabilidad emocional que se engaña a sí mismo que los hombres, numerosos, pueden darle. A lo largo de su vida estará la sombra de un hombre maduro, el amante, que fue el primero en seducirla cuando era muy joven, y que representa lo negativo de la relación entre hombre y mujer. Todos los encuentros que la protagonista realizará en los años siguientes serán una frustrada repetición de su incapacidad para establecer una relación de verdadera confianza e igualdad con el sexo opuesto.


En el fondo de la narración, el Nápoles de la redacción del periódico, las fugas a Capri, escondidos en autos lujosos en la colina de Posillipo, y luego la fuga hacia el norte, con un marido tranquilo y la ausencia de deseo de tranquilidad en la parte del protagonista.


Una novela escrita con gran capacidad para dominar un tema a menudo mélo, que sin embargo se redime con intensas páginas de reflexión sobre la condición de la mujer que paga un alto precio por el deseo de libertad y el deseo de afirmación profesional, que han sido la característica biográfica de las últimas décadas para muchas mujeres jóvenes.


EN LA WEB ILMIOLIBRO, RESEÑA DE LARA CRINÒ

Las reseñas de Repubblica y la red Gedi
Érase una vez
de Lara Crinò, Mujeres "Lib"09 de septiembre de 2006

Autobiografía sentimental, reflexión sobre el sentimiento amoroso, microhistoria femenina de una generación.
Con Dime una palabra más Iaia Caputo vuelve a escribir después de De qué hablan las mujeres cuando hablan de amor y nos regala un libro incierto entre géneros pero seguro en el relato de emociones. “Es una novela por necesidad de una etiqueta”, dice el autor, “pero aún mejor la llamaría una memoria falsa. Porque cuando recorremos el pasado, inventamos recuerdos”.

Un libro de memorias que, a lo largo de la corriente de los amores, narra la vida de una niña napolitana desde los años 60 y 70 hasta la actualidad. Infancia en una familia burguesa, con una hermosa madre joven y un padre que vino de la nada y se hizo poderoso. Luego la adolescencia en una Nápoles elegante y borrosa, atravesada sobre un deportivo o captada por el humo y el parloteo de la redacción de un periódico. Y la aparición del Amante, mayor y casado, con los "gestos confiados de un varón que considera el mundo
un campo de batalla".

Un amante a la Duras, fuente y destino de ese “deseo arrogante, arrogante pero inocente” que forma parte de la juventud y deja pesar en la vida del protagonista. Entregándolo a una edad adulta que no sea infeliz sino seca, de esa sequedad que llega cuando has llorado demasiado. Con una hija, un trabajo en el Norte y un marido por el que sentir un profundo e inquieto afecto. Como adulta, a esta mujer le parece que ya no conoce hombres sino solo "niños mayores".


Escribo en un momento que un hombre quizás no sea más que una nostalgia. Por los varones de la generación de nuestros padres, que salieron de la guerra. Dotados, incluso cuando eran muy jóvenes, de su propia "edad adulta" que ahora ha desaparecido. Luego estaba el hombre arquetípico que sale al mundo. Egoísta pero también capaz de creer en el futuro y hacerlo realidad. Sin embargo, los hombres del pasado también trajeron consigo un silencio. Dejaron a las mujeres esperando una palabra que nunca llegó. Oh, pero eso tiene que ver con otra cosa. Con una barrera interior entre hombres y mujeres que no ha desaparecido del todo. En efecto, aquellos hombres tan silenciosos, el Padre o el Amante, disponían de las palabras justas. Hoy es difícil hablar de amor.


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